Cada persona es un ser único e irrepetible, que está en constante proceso de realización personal, y que se despliega y adquiere su dimensión más plena en relación con los demás.
Es un ser en comunidad, que se comunica con sus semejantes y que sólo se desarrolla plenamente en relación con ellos.
Esto significa que el ser humano es un proyecto, un "poder ser", que está abierto a un futuro y vive orientado hacia fuera de sí mismo; es decir, hacia una dimensión que todavía no es.
La meta de sus actos y el sentido de vida están más allá de su individualidad, en un horizonte externo y comunitario.
De ahí que el punto de partida de la conducta humana sea la propia necesidad: la persona es un ser incompleto o inacabado, que se va construyendo poco a poco y está en continua búsqueda de la felicidad personal.
Desde este punto de vista, cada persona necesita a las demás para conseguir alcanzar los diferentes estadios de felicidad que irán proporcionándoles la satisfacción de esas necesidades; y, de este modo, contribuirán a su propia formación y realización.
Ser persona, por tanto, no es algo que se obtiene o se posee por el solo hecho de nacer, sino que es el final de un proceso de maduración, la meta y el resultado del esfuerzo de realización que cada uno debe cumplir a lo largo de su vida: cada etapa de la vida nos presenta distintas necesidades, exigencias y objetivos que deben ser cubiertos.
El individuo ha de aprender a luchar por alcanzar en todas ellas la plenitud de su propia capacidad, caminando hacia un proyecto de persona autorrealizada.
En este proyecto de vida ocupan un lugar primario los valores, es decir, aquello (situaciones, objetos, cualidades, ideales...) que nos parece importante y merece nuestra consideración, porque pensamos que su posesión o disfrute nos traerá esa felicidad deseada.
Dependiendo de la escala de valores de una persona, será diferente el proyecto de vida y las diversas opciones que podrá plantearse.Tener un proyecto de vida significa organizar la propia vida, de forma consciente, deliberada, en torno a una serie de valores y principios, desde los que la persona afronta los principales planteamientos y decisiones que deberá adoptar a lo largo de su vida.
Hay algunos valores que son fundamentales y universales, como el valor de la vida, de la salud, de la felicidad, etc.
Hay otros que vienen en segundo plano y cada uno les atribuirá mayor o menor o ninguna importancia, dependiendo de su propio carácter, preferencias, aspiraciones, capacidades, etc. Precisamente es aquí donde aparece claro que el ser humano es un ser imperfecto, inacabado: pues desea alcanzar una situación ideal, busca un mayor equilibrio y desarrollo personal, una autorrealización que le proporcione felicidad.
De los valores esperamos esa plenitud que todavía no poseemos. Los valores se encuentran jerarquizados, según un orden determinado; cada pesona tiene su propia escala de valores que, lógicamente , manifiesta ell ideal de realización personal al que aspira.
Precisamente nuestra sociedad se caracteriza por una gran pluralidad cultural y de ahí las múltiples visiones o concepciones de la vida, sobre las que cada persona basa su propia opción fundamental.
Nuestra vida y nuestra felicidad dependerán especialmente de aquellos valores a los que nos entreguemos, por los que nos sintamos atraídos en el tiempo. Por eso, es necesario aprender a distinguir cuáles de ellos nos resultarán más provechosos y nos podrán plenificar y dignificar más. Sólo aquellos que nos ayuden a crecer como personas en todas las dimensiones, aunque no sean tan sugerentes ni llamativos, son los valores realmente fundamentales.
Entre éstos, la fe es un valor esencial, algo que nos ha sido transmitido con libertad por nuestros padres, como un regalo o un don que hay que saber cuidar y alimentar.
No se pierde nada por creer y, sin embargo, es mucho lo que podemos ganar.
Desde esta óptica, también podrán entenderse o interpretarse aquellas realidades menos agradables de la vida como: la muerte, el dolor, el sufrimiento, la injusticia, el mal, el pecado... Se trata de situaciones y estados adversos a la plenitud y a la felicidad personal; pero que, pensados desde una perspectiva madura, moral, integradora, y, sobre todo, específicamente humana, pueden ser valorados y entendidos como componente esencial e irrenunciable de nuestra condición y de nuestro proceso de maduración y realización personal. A menudo, es gracias a la lucha, a las adversidades e incluso al fracaso, por lo que caemos en la cuenta de nuestra situación personal y progresamos en el esfuerzo de superación y de maduración individual.
Es cierto que se trata de circunstancias y experiencias negativas en sí mismas, porque causan dolor y sufrimiento, pero, también son reveladoras de cierto sentido y significado pues, dentro de su "mal" , pueden ayudarnos a enfocar la realidad y nuestra propia existencia como algo tremendamente valioso e importante; algo que no puede acabarse ni explicarse de manera omnicomprensiva sólo a partir de dichas experiencias o realidades, sino algo que ha de superarlas y trascenderlas en un horizonte de plenitud.
En todo caso, es importante recordar siempre que no nos construimos solos, que nunca estaremos en grado de satisfacer por nosotros mismos nuestras insuficiencias y que no conseguiremos esa ansiada felicidad individualmente, sino en relación con los demás. Sin ellos el propio proyecto de vida se empequeñece y acorta.
Nuestra existencia está plagada de encuentros y de personas con las que instauramos relaciones de amistad, afectividad, solidaridad, etc.
No podemos prescindir de estos encuentros ni de las experiencias (unas negativas y otras positivas) que se deriven, pues gracias a ellas podemos seguir eligiendo libremente y construyendo lo que queremos ser.
CUESTIONARIO
1. ¿Cómo definirías la persona según este texto?
2.¿Qué significa que el ser humano es un proyecto?
3. Según el texto, ¿para qué necesitamos de los demás?
4.¿Qué son los valores dentro del proyecto de vida de cada persona?
5.¿Cómo clasifica el texto los valores?
6.¿Por qué son importantes los valores en la vida de las personas?
7.¿Qué es la fe como valor?
8.¿Qué significado tienen las experiencias negativas de la vida en el crecimiento personal?
9.¿Por qué necesitamos de los demás para poder crecer como personas?
10.Expresa tu opinión sobre el texto.
La moral es el mundo de los valores que va construyendo al ser humano.
Los valores son como las columnas sobre las cuales se sustentan nuestras actitudes y las opciones fundamentales de nuestra vida.
Se habla de "crisis de valores" o "crisis de la moral" cuando nuestras actitudes, reflejo de los valores que nos guían, no nos ayudan a ser más humanos y, en consecuencia, la persona se destruye, se crea una sociedad más inhumana y el ser humano queda relegado al servicio de valores o intereses de instituciones sociales.
El desarrollo y realización de la persona va a depender del desarrollo de todas sus dimensiones.
Erich From sugería las siguientes:
Amar
Sentido
Identidad
Crear
Seguridad
Identifica cada una de las dimensiones y responde a las preguntas:
A.Necesidad de amar
B.Todo ser humano desea crear algo, ser útil a los demás
C.Necesidad que surge de la angustia de sentirnos indefensos y solos.
D.Es una función primordial de las religiones y que da respuesta a la vida
E.Necesidad de sentirnos nosotros mismos con identidad propia.
1.¿Qué es el ser humano?
2.¿La sociedad actual da respuesta a todas esas dimensiones de la persona?
3.¿Prima en la sociedad actual unas dimensiones más que otras?
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